CONJUNTO VOCAL E INSTRUMENTAL "AD VOCEM"
Panorama musical en Praga durante el siglo XVII.
Para entender la vida musical de Praga durante los años del periodo barroco (1600–1750) es casi imprescindible conocer aspectos esenciales de la historia de la política y la sociedad en esa época. Un Absburgo, Fernando, el hermano más joven del emperador Carlos V, fue elegido rey en 1526 y se convirtió en emperador al abdicar su hermano en 1556. Hizo de Praga un importante centro musical, si bien es verdad que a ello contribuyeron los compositores e intérpretes nativos. Fundó una Hofkapelle (Capilla musical de la Corte) en 1564 y contrató a músicos extranjeros, iniciativa que fue copiada por numerosas familias de la nobleza. Su sucesor, Rudolf II (1576-1612), tenía a su servicio músicos tan importantes como Monte, Regnart, Kerle y Luython. Lo que más importaba a los Habsburgo era asegurarse la sucesión del Imperio, así que, poco a poco, eliminaron los derechos y libertades de los bohemios, además de la religión, pues –como católicos- sentían antagonismo hacia los protestantes. Todo esto dio lugar a luchas enconadas centradas en las libertades políticas y religiosas, luchas que derivaron abiertamente en guerra cuando en 1618 se cometió un atentado contra el entonces rey de Bohemia Federico V. Los checos fueron finalmente derrotados por las tropas imperiales en la Batalla de Praga, ocurrida en el Monte Blanco, en 1620.
Estos acontecimientos dieron lugar a un considerable cambio en la vida cultural de Praga. Con el firme establecimiento de los Habsburgo, Praga dejó de ser la capital de un estado independiente para convertirse en una simple capital de provincia. Los nobles fueron desposeídos de sus títulos de nobleza, siéndoles asignados a extranjeros, a los que se debe la edificación de los bellos palacios barrocos de la ciudad. Pero muy pocos pasaron mucho tiempo allí, prefiriendo establecerse en Viena, que era el centro del poder político.
Para los músicos, la ausencia de la nobleza significaba carencia de patronazgo. Esta situación, unida a las persecuciones del pueblo por los invasores, dio lugar a una emigración sin precedentes de los músicos bohemios durante los
siglos XVII y XVIII para obtener mejores posiciones vitales y mayores oportunidades artísticas en otras partes de Europa. Los principales compositores que residieron en Praga durante esos dos siglos tenían méritos y talento, pero se apreciaba en ellos una inferioridad de ingenio respecto a sus compatriotas que habían buscado la fama fuera. Además de que carecían de empleo debido a la amplia oferta producida por la abundancia de músicos en la ciudad, la dominación de los Habsburgo tuvo otros efectos, incluyendo la casi desaparición del idioma checo como vehículo para la cultura. Hasta los últimos años de la década de 1820, las óperas se representaban en alemán y hasta las canciones puestas en música por compositores inclinados al nacionalismo, tales como V. J. Tomásek, eran colecciones de poesía alemana. Pero, aunque la influencia de los Habsburgo en Praga no fue generalmente favorable a los compositores y músicos nativos, fomentó una variada vida musical. En particular, floreció el ‘oratorio’ y se escuchaban con frecuencia obras de Hasse, Caldara, Fux, Lotti, Leo y otros compositores muy conocidos. El compositor más importante residente en Praga durante los años barrocos fue B. M. Cernohorský (Nymburk, 1684 - Graz, 1742) maestro de coro en el monasterio de San Jacobo y compositor de música para órgano. Muchos músicos extranjeros fueron atraídos a la ciudad por su fama, creando en Praga una importante escuela de interpretación organística.
Teniendo en cuenta el panorama descrito, no es de extrañar que los compositores del concierto de esta tarde, autores de la vida musical bohemia en esos años, sean todos extranjeros, a escepción de los tres checos señalados abajo. Así, en la primera mitad del siglo XVII discurre la vida artística de los 6 italianos: Di Foggia (m. en 1625, Turin), Fornaci (nacido en Chieti), Buonamente (n. en Mantua - muere en 1642), Caccini (1550-1618), Barbarino (m. en Padua hacia 1620) y Brunelli (Pisa, 1575-1630). Y en la segunda mitad del siglo: el alemán J.C. Kerll (1627–1693) y los tres checos: Bedrich Bridel (tuvo cierta relevancia hacia 1658 y fue más un recopilador de himnos caólicos que compositor), M. de Otradovice (1600-1676) y H. Rovenski (1644-1718).
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