Vladimir Mogilevski, piano.
Panorama de la música romántica y nacionalista rusa.
La introducción que sigue es un resumen muy esquemático de la situación social, política y musical de la Rusia de la segunda mitad del siglo XIX, (tomado en su mayor parte del libro sobre la música del siglo XIX de León Plantinga). En este ambiente es donde surgen estas miniaturas románticas de los autores de esta noche, a excepción de los más modernos: Rachmaninov, Gliere y Skriabin
A mediados del siglo XIX, la cultura musical de la capital (entonces San Petersburgo) estaba guiada por dos instituciones: la de mayor prestigio era la Ópera de la Corte, con personal y repertorio italianos. La otra, la Ópera Rusa, tenía mucho menor prestigio y en ella las obras eran cantadas en ruso por cantantes locales, aunque los músicos de la orquesta eran casi exclusivamente italianos; en cuanto a los títulos programados eran en general adaptaciones de óperas cómicas francesas, alemanas e italianas. Tan solo se añadía a este repertorio unas pocas óperas rusas, entre ellas Una vida por el Zar y Ruslán y Ludmila (de Glinka), Rusalka (de Dargomisky) y La tumba de Askold (de Verstovsky). Los músicos de ambos teatros eran, asimismo, los responsables de la vida concertística de la ciudad.
Rusia producía muy pocos músicos profesionales debido a que no existía prácticamente ninguna institución para la educación musical del país. Además, la composición profesional no era una ocupación socialmente aceptable para una persona de alta extracción social. Todo cambiaría tras la muerte del Zar Nicolás I y ascensión al trono de su hijo Alejandro II en 1855. Con él, y bajo el aliento de una nueva conciencia nacional, comenzó a florecer un espléndido empuje de las letras y las artes, lo que se notó con el creciente número de literatos encabezados por Dostoyevsky, Turgenev y Tolstoi, los que, a su vez, habían sido fertilizados por la poesía de Alexander Pushkin, muerto en 1837. En el campo musical, no tardaron en crearse los conservatorios de San Petersburgo en 1862 y el de Moscú en 1866 por los hermanos Antón y Nicolai Rubinstein. Y en 1860 se contruye el Nuevo Teatro Marynsky, que sería la sede de la Ópera Rusa, la cual, desde esta posición, iría tomando importancia frente a la Ópera de la Corte.
Tras estos avances culturales, la intelectualidad se dividió en dos grupos enfrentados, los extrangerizantes y los localistas, dándose posturas ambiguas entre ellos, pues todos estaban de acuerdo en que el provincianismo endémico del país sería superado sólo mediante la importación y adaptación de modelos de occidente. Pero esos mismos círculos tenían un gran interés en cultivar aquello que era genuinamente ruso. Se daba el caso de los críticos, entre ellos el más violentamente activo, Alexander Serov, que tachaban de extrangera a la educación del conservatorio de San Petersburgo. Pero tanto el repertorio de los conciertos como el sistema de estudios estaban basados en la tradición austro-alemana de Mozart, Beethoven, Mendelsshon y Schumann. Serov era un entusiasta de la obra de Glinka, pero también de la de Liszt, Wagner y Belioz.
Alrededor de este ambiente surgió un grupo de compositores que defendían la música rusa y se oponían a las instituciones que ya estaban siendo las “oficiales”. Este grupo, denominado por el crítico Stasov como “moguchay kuchka” (“manada poderosa) fue conocido internacionalmente como “Los Cinco” y fue organizado y coordinado por Mily Balakirev, quien fue su primer afiliado. Era un compositor aficionado, como lo serían todos los del grupo: César Cui, ingeniero militar; Alexander Borodin , médico y químico; Modest Mussorgsky, oficial de la armada; y Nicolai Rimsky-Korsakov, oficial de la marina.
Como se puede leer en las minibiografías que siguen, las obras que sonarán esta noche, están compuestas por los primeros alumnos de los recién creados conservatorios de San Petersburgo y Moscú. Y hasta hay alguno, como Glinka -que pasa por ser el creador del Nacionalismo Ruso- que nunca pisó un conservatorio. Todo esto da al concierto de esta noche una enorme importancia histórica, al ser éstos los primeros autores de la llamada ‘música clásica’ rusa. Antes de ellos existía la música popular, de transmisión oral; y, por supuesto, existía el Canto Llano correspondiente a la liturgia cristiana de la Iglesia Ortodoxa, que procedía del rito Bizantino.
Nota
Dado que la tonalidad de algunas obras estás escritas según la notación germana, doy los equivalentes en español, quedando emplazado para colgar en el blog un cuadro completo de las diferentes nomenclaturas:
Fis moll ---------- Fa sostenido menor
Es dur ------------ Mi bemol mayor
F dur -------------- Fa mayor
Cis moll ----------- Do sostenido menor
C moll ------------- Do menor
B dur ------------ Si mayor
G moll ----------- Sol menor
Des dur --------- Re bemol mayor
Mijáil Glinka (1804-1857)
Fue educado en el ambiente familiar, en la casa de campo de sus padres. Allí tuvo oportunidad de escuchar música popular y una pequeña orquesta privada, propiedad de su tío. Más tarde estudió piano con Field en San Petersburgo. Casi con 30 años decidió adquirir la técnica necesaria para poder escribir una ópera rusa. Fue a Berlin y estudió con el prestigioso maestro Dehn. Volvió a su país y se puso intensamente a componer su ópera “La vida por el Zar”, terminada en 1836. Quería que hubiese sido una ópera de estilo nacionalista, pero tuvo que llegar su siguiente ópera, “Ruslan y Ludmila” (1842) basada en un poema de Puschkin y que, ella sí, sentó las bases de un verdadero estilo nacional ruso.
Sus ciclos de variaciones para piano sobre los más diversos temas siguen siendo piezas con cierto interés.
Anatole Liadov (1885-1914)
Pertenecía a una familia de músicos profesionales (su padre era director de orquesta), entró en el conservatorio de San petersburgo, estudiando violín, piano y escritura musical, ésto último con Rimski-Korsakov. Era mal estudiante, no asistía aclase y finalmente fue expulsado. Sin embargo fue readmitido dos años después, ganando prestigio de tal manera que fue nombrado profesor de armonía y composición. Como compositor se le conoce, sobre todo, por sus obras breves para piano. Su uso de la música folclórica rusa ha sido muy estimado y prestado grandes servicios a los compositores que le siguieron.
La miniaturas de esta noche dan una idea de su estilo, sobresaliendo la conocidísima “Cajita de música”, pieza muy estimada e interpretada en Rusia.
Anton S. Arensky (1861-1906)
Compositor, pianista y director, su padre tocaba el violoncelo y su madre era una excelente pianista que le dio sus primeras lecciones de música. A sus 9 años ya compuso algunas canciones y piezas para piano. Trasladada la familia a San Petersburgo, Anton pudo estudiar en el conservatorio, teniendo a Rimsky-Korsakov como profesor de composición. Se graduó con medalla de oro y entró directamente en el conservatorio de Moscú como profesor, teniendo alumnos que llegarían a ser tan famosos como Rachmaninov, Skryabin y Gliere.
En general, sus obras cortas son las más satisfactorias. Una fluidez lírica, a menudo de corte sentimental,y unos requerimientos en la textura y en las tonalidades lo equiparon a la perfección para ser un compositor de canciones tipo ‘romanza’, denominada “Canción rusa”. Similarmente, escribiría hermosas miniaturas para piano.
César Cui (1835-1918)
Hijo de un soldado francés que se quedó en Rusia tras la derrota de Napoleón. Ingresó en el ejército ruso, alcanzando el grado de general experto en fortificaciones.
Aunque formó parte del grupo nacionalista de “Los Cinco”, no se aplicó del todo a la música folclórica, siendo por eso el menos ruso y menos importante del grupo. Compuso óperas, canciones, música para piano y otras, dedicándose también a la crítica musical, escribiendo un libro con el título “La música en Rusia”.
Su música para piano acusa influencias de Schumann y Chopin. La obra de esta noche podría pertenecer a una serie de piezas breves dedicadas a la condesa Mercy-Argentau, quien sería ferviente divulgadora de la música rusa y biógrafa de Cui.
Alexander A. Alyabyev (1787-1851)
Su padre era gobernador de Tobolsk y él se alistó en la armada en 1812, participando en la toma de Dresden y París. Una vez fuera del ejército (1823) se dedicó a la música de lleno obteniendo grandes éxitos por su considerable talento musical mostrado ya en su más temprana edad.
Fue defensor de las melodías populares rusas, publicando en 1834 una colección dedicada en exclusiva al folclore ucraniano.
Se estableció en Moscú, en donde permaneció hasta el final de su vida. Allí las cosas le fueron bastante bien, tanto en su profesión como en la vida privada. Llegó a tener prestigio como compositor de óperas. (Alyabiev)
Anton Rubinstein (1829-1894)
Estudió piano en Moscú, presentándose como pianista a los doce años en las principales ciudades del norte de Europa. Más tarde estudió composición en Alemania, dando como fruto temprano dos óperas en ruso que se representaron en su país cuando tenía 21 años (finalmente llegó a componer un total de 20 óperas). Siguió su carrera como compositor y pianista, alternando la fama entre ellas, sobre todo como pianista, aunque nunca llegó a la conseguida por su amigo y competidor, Liszt.
Su importancia para la música rusa fue enorme debido a que fue él quien en 1859 fundó la Sociedad Musical Rusa, de la que surgió cuatro años más tarde el Conservatorio de San Petersburgo. (Su hermano Nicolai sería el impulsor principal para crear el Conservatorio de Moscú en 1866).
Hoy, sus obras más populares son sus composiciones breves para piano.
Alexander Skriabin (1872-1915)
Su madre era excelente pianista y él heredó sus cualidades musicales, mostrando desde bien temprano su enorme talento musical. Estudió en la escuela oficial militar y en el conservatorio de Moscú con Taneiev y Arenski.
Desarrolló una teoría mística de la música que mezclaba la religión con la estética y la cosmogonía con la teosofía. Así dio lugar a una música pretendidamente filosófica y compuso El poema del éxtasis (1908) y El poema del fuego (o Prometeo) (1910)
Sus composiciones para piano seguían al principio el modelo de Chopin, pero después su lenguaje armónico se sustentaba en un acorde inventado por él (acorde de cuartas superpuestas), lo que, unido al uso de ritmos extremadamente complejos proporcionaron a su música una expresividad a veces avasalladora.
Serge Rachmaninov (1873-1943)-
Estudia en los conservatorios de San Petersburgo y Moscú. Destacó como pianista, compositor y director. Famoso por su espléndido Concierto para piano y orquesta Nº2, hoy es también recordado por sus obras breves para piano y sus canciones, algunas de gran perfección técnica.
Reinhold Gliere (1875-1956).
Estudió en el conservatorio de Moscú hasta 1900, volviendo a él como profesor desde 1920 hasta 1941. Fue alumno de Taneiev en el conservatorio de Moscú, del que más tarde sería él mismo profesor. Gliere fue un heredero directo de la tradición romántica rusa, trabajando predominantemente en las grandes formas: ópera, ballet, sinfonía, poema sinfónico, etc. Lo más llamativo de su estilo es la expresividad melódica.
Piotr Ilich Chaikovsky (1840-1893).
Desde la apertura del conservatorio de Moscú en 1866, Chaikovski ocupó el cargo de profesor de teoría y armonía hasta 1878. Contemporáneo de todos los músicos mencionados y hasta de los del grupo de “Los Cinco”, no fue considerado un nacionalista, sino el más cosmopolita y el de más valor de todos los compositores rusos de la segunda mitad del XIX.
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